En 2007, tuve el privilegio de estar al lado de mi querida abuela. A sus 79 años, había luchado contra la hipertensión durante 20 años. Cada semana, íbamos juntas al hospital para que le tomaran la presión. Un día, decidí sorprenderla con un tensiómetro digital de las muestras que tenía. Cuando le enseñé a usarlo, sus ojos brillaron de curiosidad y gratitud. Estaba encantada con la comodidad, al darse cuenta de que ya no tenía que soportar las frecuentes visitas al hospital.
Mientras me abrazaba con sus ojos llenos de amor, sentí una inmensa felicidad. Ese simple acto de enseñarle a usar el monitor había marcado una gran diferencia en su vida. Fue en ese momento que comprendí verdaderamente el poder de la compasión y cómo incluso los gestos más pequeños pueden impactar profundamente a quienes nos importan.
Pronto, cada vez más personas del pueblo vinieron a nuestra casa para medir su presión arterial. Quedó claro que las enfermedades crónicas eran comunes y que faltaban herramientas de monitoreo efectivas. Esta experiencia me inspiró a dedicar mi carrera a... Industria de medidas preventivas de salud en el hogar, comprometida a apoyar a los necesitados.
--- Del fundador, Alison Zhu